Malahierba nació hace 13 años de una inquietud creativa que desde muy niña he tenido dentro: hacer prendas que hagan sentir bien a mujeres como yo. Desde muy pequeña he dibujado, he recortado revistas y he vuelto loca a mi madre que sabía coser y se dejaba embaucar en todos mis proyectos; yo compraba los tejidos y ella realizaba las piezas adaptadas a mis gustos. Me inspiraba en fotos que arrancaba de revistas, libros o veía en películas. Porque siempre me ha gustado pensar que la ropa nos define de diferentes formas como el estado de ánimo, las intenciones o los sentimientos.
No me gusta lo estándar, odio los uniformes y no me apetecen las prendas incómodas. Como mujer y diseñadora pienso que es importante sentirse cómoda y segura con lo que llevas. Aprendí a canalizar estas sensaciones y acabé montando Malahierba.
De la mano de mi socio y gran amigo Jesús Moreno fundamos Malahierba. Con el tiempo, él inició caminos nuevos y yo me quedé regentando sola la marca. Sin su aportación, Malahierba sería otra cosa pero indiscutiblemente su influencia y su amistad ha dejado huella tanto a Malahierba como a mí.
Para mi era y es importante la filosofía de vida en la que que creemos, ser justos con nuestros principios y convicciones. Por eso. mi lema ha sido siempre que Malahierba debe ser producción local. ¿Por qué? Porque no puedo cambiar el mundo pero si poner mi granito de arena para hacer un mundo mejor, sin explotación laboral ni abusos de mercados en los cuáles primen las personas y las formas. Y no los números y los bullet económicos. Un mundo donde se respete el medio ambiente. Mis prendas están pensadas para perdurar y conservarse muchas temporadas. Porque quiero que mis piezas perduren en los armarios de las mujeres que las quieran.
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